En la sección Manifiestos del Cómic, nos proponemos recuperar esta forma de declaración vanguardista como documento de ciertos debates dentro y desde el medio de la historieta. Los manifiestos fueron una parte constitutiva de las vanguardias artísticas del siglo XX, y sirven como registro de ciertos problemas y posiciones determinados por un contexto. Llegan a nosotros como testimonio de esas épocas, pero en algún punto el manifiesto deviene recurso estético y se autonomiza de su función meramente operativa e incluso de sus objetivos inmediatos, conformándose como género en sí mismo. Recuperar estos escritos será, entonces, un acto de lectura-espejo, una interpelación a tomar posiciones y a comprometernos dentro del campo de la cultura en el que hemos decidido dar batalla.
Imagen de portada: Alexander Rodchenko y Varvara Stepanova, ¡Libros! (1924), fotomontaje.
Gary Panter (Oklahoma, 1950) es considerado como una de las figuras más importantes de la llamada “segunda generación” del comix underground norteamericano. Se crió en Texas, donde estudió pintura en la East Texas State University y se mudó a Los Angeles en 1977. En L.A. trabajó en múltiples frentes, incluyendo pintura, diseño, cómics e imágenes comerciales, estableciendo un patrón de creación a través de fronteras tradicionales y en múltiples medios, que perdura hasta hoy. Actualmente vive y trabaja en Brooklyn, Nueva York. Para más información, se puede visitar su sitio http://www.garypanter.com/
En 1979 apareció la primera versión del Manifiesto Rozz-Tox (aunque suele establecerse, desde su introducción, el año 1980 como fecha), en el catálogo de la discográfica Ralph Records, sello fundado por la banda artística experimental The Residents, en San Francisco, en 1972. El manifiesto de Panter puede leerse en un tono irónico pero también en un sentido programático: lo independiente que no renuncia al capitalismo como inevitable forma de vida, sino que se pregunta acerca de cómo aprovechar los mecanismos del sistema para impulsar los propios proyectos. Tal vez la ambivalencia de esta posición es la que se detecta en el texto de Panter (¿cómo integrarse al sistema sin ser licuado y procesado por él? ¿Cómo sostener la independencia en el mainstream?); sus epigramas se burlan de la falsa contra-cultura que pretende sostenerse como el único-afuera-posible cuando su posición es en realidad cómoda y funcional a ese mismo sistema que dice combatir. La verdad es sencilla. no hay un afuera del capitalismo. Tal era el logo de Ralph Records: Buy or die! (¡Compra o muere!).
Recordemos el contexto en el cual es publicado el manifiesto de Panter: 1980 es el comienzo de la Era Reagan, los neocon reconquistando el poder después de la decepción demócrata de Carter, el fraude de Nixon y la pérdida en Vietnam. Fundamentalismo de mercado, el triunfo del capital financiero y la globalización neoliberal, un furioso anticomunismo y un protestantismo evangélico reaccionario que se filtraba desde los televisores fueron algunas de las marcas de los gobiernos de Ronald Reagan (1980-1988). El mismo presidente mezclaba su carisma de antigua estrella de segunda de Hollywood y un – turbio – pasado sindical con la fe del converso, el christian reborn. Su figura fue parodiada en múltiples maneras: desde la burla de Frank Miller en su Dark Knight Returns (donde Superman era una especie Super-Reagan, una herramienta dócil del complejo militar-industrial) hasta el video de Genesis, Land of Confusion o el Patrick Bateman de Bret Easton Ellis, el yuppie asesino serial que admira al presidente.
En ese marco de cinismo y el sarcasmo heredados de la tradición underground (testimonio de la rápida caída del sueño americano en pesadilla, descreída del hippismo y el pacifismo y en general de todo cambio revolucionario), mezclados con el triunfo de los mass media, el punk, el mundo del arte – con artistas como Jean-Michel Basquiat o Raymond Pettibon desdibujando fronteras -, y cierta tonada beatnik (adjetivo que aparece explicitado, pero sobre todo en la idea de la comunicación como “infección” y la prosa verborrágica y delirante en el estilo de William Burroughs) hacen del Rozz-Tox un documento que de alguna manera anticipas las nuevas formas de comunicación, distribución y producción que marcarán el siglo XXI desde una época aun analógica. El principio de no renunciar al dinero pero tampoco a la independencia creativa, funcionando en el mercado sin ser absorbido del todo por él, sino más bien usando sus canales amplificadores y catalizadores, hace de la posición de Panter cercana a cierta idea de libertarismo norteamericano. Producir sus propios medios, renunciar a los juicios morales sobre la cultura popular y la industria cultural, empujar los límites más allá; en síntesis: ser el veneno en la máquina, como aullaba Johnny Rotten en God Save the Queen.
El manifiesto ROZZ-TOX
(Un artefacto de 1980 con final en las resonancias del milenio)
Por Gary Panter
Ítem 1:
La vanguardia no tiene cuerpo. Simplemente yace en estado de shock después de un desafortunado combate con su propio petardo. Finge dormir, pero un ojo brilla y un tic involuntario en la comisura de la boca desmiente una risita contenida. La risita de estar despierto en tu propio funeral vestido con atómicos muebles beatniks de televisión. Un mutante con una misión.
Ítem 2:
Quedan veinte años en el siglo XX. Veinte años para cosechar las recompensas y las calamidades que se han puesto en marcha en este período. En este momento una corriente estética está emergiendo: la culminación inevitable de conceptos y experimentos realizados durante este siglo. Declaramos a la sociedad un parque de diversiones donde uno determina su posición.
Ítem 3:
Una textura y un tono mortal han tomado control del Nirvana de cereales: un misántropo nacido de las realidades, tendencias y comunicados entre las oficinas del parlamento. Empresarios-artistas ciegos palearon toneladas de desalmados programas matutinos de los sábados. Ojalá que puedas hacer rentable las geniales mañanas de goma de los sábados de nuestra juventud.
Ítem 4:
Decimos basta a los instigadores de programas de juegos de los que estamos enfermos y mareados. Muéstranos las bambalinas de estas fachadas monstruosas, hasta la madera laminada es una textura más saludable. Oh ustedes los solicitantes de la primicia que corren aterrorizados de la historia hacia las garras de una vida eterna donde las máquinas de afeitar eléctricas no son fabricadas para durar.
Ítem 5:
¡Cierren los bares! Solicitamos centros de medios bien iluminados que sirvan refrescos y leche. Solicitamos que paren el top-40 de la radio. Y esto es para los artistas ejecutivos existentes: sabemos cuándo reír. Las máquinas no, y es irritante oírles reír en el momento equivocado. Se ríen de nada y nada no es gracioso.
Ítem 6:
Encuentra a los malhechores, los vendedores ambulantes de Pavlovia que usan nuestras partes innombrables contra nosotros. ¿Vas a esconderte detrás de una malla de dos dimensiones fosforescente cuando la biología exija su recompensa?
Ítem 7:
La profunda fe en el glamour es una manera segura de no ver que matas lo que comes. Creemos y adoramos un mundo de dos dimensiones. No hay impresoras de Dios que nos salven cuando estemos desnudos y sin cerebro ante un ímpetu inflexible e imparcial. Ahora estamos enfermos/lleguemos sabios a los medios. Únete a la policía del arte. Llamamos a pegar imágenes de vacas en cada franquicia de comida rápida. Y para los vegetarianos, grabaciones de gritos de verduras en cada barra de ensaladas.
Ítem 8:
El hermoso y eficaz marketing y los medios estéticos no son innatamente malos; simplemente son seductores. Sin embargo, la estética seductora y los medios tienden a debilitar el sentido común y la visión de una cultura capitalista. Nuestras propias creaciones nos han avergonzado. Enseñándonos que la mano y la opinión del individuo no son tan legítimas como la opinión transmutada e inflada por los medios… sobre todo cuando esa opinión está en 80 libras de papel estucado, a todo color… o cuando esa opinión roba invisiblemente e incomprensiblemente dentro de una caja en nuestros hogares. Ojalá que la sociedad se deleite con ciertas variedades de vandalismo y desorden. Podremos cortar el césped y permanecer civilizados.
Ítem 9:
Es lamentable e inaceptable que a los infames y a los perezosos se les dé credibilidad injustificada para pronunciar esos clichés como “robar” y “venderse”. No tienen conocimiento de nuestra economía y el tiempo que eso le lleva a la sociedad ¡Confiésate y cállate! El capitalismo bueno o enfermo es el río en el que nos hundimos o nadamos. La inspiración siempre ha nacido de la recombinación.
Ítem 10:
En una sociedad capitalista como en la que vivimos, la estética como esfuerzo fluye a través de un cuerpo que se construye de empresas liberales y diversas enfermedades. En tiempos de auge, el arte puede ser apoyado por la especulación salvaje, o por recursos excedentes en forma de subvenciones del estado, o por mecenazgo como la excepción de impuestos. Actualmente estamos sufriendo de una economía pobre. Por necesidad hay que infiltrarse en los medios populares. Estamos construyendo un movimiento de arte basado en el negocio. Esto no es nuevo. Admítelo.
Ítem 11:
Negocios 1. Crear una pseudo-vanguardia que sea rentable. 2. Crear plataformas de merchandising sobre las comunicaciones populares y los medios de entretenimiento. 3. Excavar extensamente nuestro reciente y antiguo pasado de iconos que valen la pena recordar y permutar: la arqueología recombinada.
Ítem 12:
¿A la espera de los cazatalentos del arte? No hay cazatalentos del arte. Acéptalo, nadie te va a salir a buscar. No le importas una mierda a nadie.
Ítem 13:
La saturación del mercado se alcanzó en los años sesenta — todo el mundo lo sabe. Las bellas artes elitistas son una utilidad decreciente. No hay más recompensa por mantener o unirse a un grupo de élite y estéril.
Ítem 14:
El arte elitista no puede evitar el complejo emergente a través de su dolorosa y potencialmente estúpida, peligrosa adolescencia. Inicia o apoya a la industria primitiva, la propaganda de ningún dogma, y la molestia general.
Ítem 15:
Ley: Si quieres mejores medios, hazlos.
Ítem 16:
Nacemos capitalistas y fabricantes de bienes y servicios alternativos. Somos propagandistas y proponemos un antimedio a ningún dogma. Llamamos a los populares manipuladores ambientales, la industria primitiva, una vanguardia colocada de lleno en el campo del entretenimiento, para los arqueólogos y los sintetizadores.
Ítem 17:
Un llamado a la intuición mutante y a la lucha es real. Una corriente que sintetice ideas y entretenimiento… un antimedio que cree, participe y funcione, y se base en una brecha lunática más amplia que sea capaz de terminar el siglo de una vez. Una vanguardia que no tiene ninguna mala desviación y que aprovisione el supermercado.
Ítem 18:
Nuestra falta de popularidad en la escuela secundaria nos fue llevando a pensar y el pensamiento nos ha llevado a esto. No se libra ninguna guerra aquí; Sólo una raíz, un virus, un toxoide, un Rozz-toxoide. El complejo emergente pide sólo veinte años de su tiempo. Ahora, de pie y canta…
Nota Final: El capitalismo bueno o enfermo es el río en el que nos hundimos o nadamos, y que aprovisiona el supermercado.