En esta sección le pedimos a alguien que elijan una obra, secuencia, portada o viñeta y presenten su mirada y el por qué de su elección. En esta ocasión, Jorge Quien elige Las Sinaventuras de Jaime Pardo, de Vicho Plaza.
Y lo soportó un momento
Por Jorge Quien
La página 13 de Las Sinaventuras de Jaime Pardo es bastante representativa del último libro de Vicho Plaza, dibujante chileno. La primera parte de Las Sinaventuras fue editada en forma independiente por el propio autor y su pareja en 2012 (100 ejemplares). La edición completa se publicó en 2013 por RIL Editores. En mi opinión se trata de un libro raro, importante y necesario en el contexto latinoamericano. Y esta página condensa de alguna forma las características de su propuesta gráfica.
Lo primero que llama la atención es la factura de la página y la (de) construcción de los personajes. Las páginas están armadas en base a viñetas sueltas, rectangulitos de papel grueso y absorbente, trabajadas individualmente. Parafraseando a Román Gubern podríamos decir que las unidades básicas del lenguaje del cómic –las viñetas- están tratadas aquí realmente como bloques de construcción, como ladrillos. Y esas figuras, la página como muro y el dibujante como obrero, cobran sentido a lo largo de la historia.
Esta modalidad también permite probar distintas combinaciones en el montaje de las viñetas. Todo esto en un sentido plástico, sobre el entendido de un dibujante que trabaja con papel y tinta. Las Sinaventuras narra las experiencias de un alumno de clase media-baja y su tránsito por la escuela primaria y secundaria. En nuestra página vemos a Jaime Pardo –adulto- visitando a su antiguo profesor de Historia, el señor López. Ha ido a mostrarle unos dibujos, un proyecto de historieta sobre su época escolar, allí el profesor tiene un papel relevante.
El profe lo recibe sin mucha expectativa, no cree en su trabajo ni en su capacidad de retratarlo verazmente. Y Jaime quiere pero no puede dar con su imagen. Entonces el señor López lo soporta un momento y se deforma. Es ahí cuando el tiempo (el tiempo subjetivo de dos cuadritos) se cristaliza. Mi sensación fue la de contemplar un animal, un monstruo congelado al interior de un iceberg. Una eternidad. Luego el monstruo se cansa y despide a su víctima.
Al final de la historia volverán a encontrarse. Y ahora sí mantendrán un rico y triste diálogo bajo la lluvia. Pero la deformidad de los personajes, su desajuste, no es algo exclusivo de esta página. Ese rasgo estético y conceptual se desarrolla a lo largo de toda la obra. Los personajes, los objetos y el paisaje se desajustan constantemente. Es como si de alguna forma regresaran en el tiempo, al garabato primigenio. Pero también es como si avanzaran hacia la descomposición, hacia la muerte y la abstracción.
No se trata de un recurso estilístico (ese tratamiento calculadamente desprolijo que puede verse en otros autores). La deformidad en el trabajo de Vicho se alterna con escenas ilustradas, preciosistas incluso. A saber, sus primeros cómics de los años ochenta y noventa se encuentran entre los capítulos más refinados de la historieta chilena (véase su antología Si no tienes dónde ir, Ocho Libros Editores, 2011).
Ese desajuste responde más a un pie forzado, un ejercicio autoimpuesto, fruto de la desesperación del dibujante por dar con “la imagen del mundo”. Esto -que en un tiempo lo paralizaba por exceso de autocrítica- motivó otras prácticas liberadoras: dibujar sin mirar, dibujar en el colectivo, en el baño, caminando. Ese desajuste refleja en definitiva el desajuste de un terráqueo. Y esto es algo que Vicho subscribe -su propio desajuste social- y que aplica a sus personajes. Personalmente lo he observado hablar y dibujar, en público y en privado, y lo he visto temblar en ambas circunstancias. También lo he visto dibujar en el colectivo sobre esos papelitos absorbentes.
Jorge Quien (Jorge Opazo, Buenos Aires, 1970) es artista visual, ilustrador, docente y dibujante de comics. Estudió Comunicación Visual en el Instituto ARCOS y Bellas Artes en la Universidad ARCIS de Santiago de Chile. Ha participado en diversas exposiciones y obtenido becas en Latinoamérica, EEUU y Europa. En Argentina publicó los libros de historieta Humanillo (La Pinta, 2010) y Planetoide (Llanto de Mudo, 2013). En Chile publicó Nada se Pierde con Vivir (Das Kapital, 2013), Anoche (Chancacazo, 2014) y Los Sofistas (Ril Editores, 2015). De fuerte carga subjetiva, su trabajo combina elementos provenientes de la cultura popular, la historia del arte y la ciencia ficción. Desde 2009 vive y trabaja en Buenos Aires. Para más información: www.jorgequien.com