En esta sección nos proponemos rescatar y recuperar algunos comics que, por las iniquidades de la historia, fueron olvidados o pasaron desapercibidos.
Los Increíbles Inventos Resucitados por Oski fue una sección publicada en la revista Vea y Lea, una especie de Life Magazine con artículos sobre la realeza y las estrellas de Hollywood pero también con ínfulas intelectuales, que se expresaban en la inclusión de textos sobre los “problemas políticos del país” y grandes ensayos fotográficos, entre 1959 y 1961. Oski ya venía colaborando con la revista desde antes (de hecho había reemplazado a Landrú cuando este se concentró en su labor como editor de Tía Vicenta en 1958) pero su contribución hasta ese momento se limitaba a la realización de chistes temáticos por número (por ejemplo: 5 chistes de náufragos, o de exploradores, o de mujeres o de Adan y Eva) o en ilustración de las biografías delirantes de personajes históricos que escribía Carlos Warnes como César Bruto con su ortografía intencionalmente defectuosa.
Con esta serie Oski parece iniciar el camino que definiría su obra por los siguientes 20 años: su pasión por el pasado, por todo lo inútil, por el buceo en textos peregrinos y absurdos que luego ilustraba, a la manera de un Gustave Doré de lo efímero, lo olvidado y lo ridículo, con sus hombrecitos de narices grandes, ojos redondos sin pupila, y barba, vestidos a la manera del siglo XIX. Los inventos que el artista elige son puro amateurismo, proceden de una época en la que parecía que cualquier gentleman de inteligencia sagaz podía hacer avanzar la ciencia y el comfort humano en el taller que tenía en la buhardilla de su hogar. Abajo de cada dibujo hay una descripción del origen de los inventos y, en algunos casos, citas alusivas de la época. Oski arroja luz sobre los macarrónicos y chapuceros albores de la ciencia y la técnica, sobre la confusión entre lo útil y lo engorroso, lo revolucionario y lo esotérico, lo que terminaría siendo aceptado por la “ciencia oficial” y los sueños peregrinos de un puñado de hombres que, fruto de la excitación de fines del siglo XIX y principios del XX, buscaban ser el próximo Edison. Por momentos recuerda a las máquinas delirantes de Rube Goldberg, pero es puro Oski, esas estampas detalladas, esas finas líneas, chiclosamente pictóricas y, sobre todo, su afan de ilustrar una realidad patafísica pero realidad al fin.
A partir de este momento, muchos de los proyectos del dibujante se moverían en estas líneas, abandonando casi definitivamente la elaboración de historietas tradicionales (o sea, entendidas como narrativa a través de cuadros y globos). Su Vera Historia de Indias o sus Comentarios a las Tablas Médicas de Salerno, obras mucho más conocidas, en realidad oponen imagen y texto, y si bien uno no se puede entender sin el otro, en ningún momento se mezclan. Son más bien escenas agrupadas por una temática, no una narración. Vale la pena, entonces, reflexionar sobre el lugar que el maestro ocupa en la historia de la historieta argentina: venerado, aceptado, canonizado, a pesar de que su obra no respete muchos de los principios de lo que “una historieta debería ser”. De hecho, Oski coloca imágenes y un estilo de dibujo por completo moderno a funcionar en contextos antiguos, lo cual es gran parte de su potencia y de su habilidad para la risa.
Luego del final de esta serie la revista anunció la Historia Natural de Indias, de la cual solo aparecerían 3 o 4 dibujos antes de que el dibujante abandonase la publicación. Algunos de Los Grandes Inventos Resucitados por Oski fueron recopilados en Oski por Oski, libro de 1974 largamente descatalogado. Aquí pueden bajarse 38 de estas estampas en toda su gloria.