Por Gerardo Vilches
Imagen de portada: Carlos Frabetti y Carlos Giménez para El Papus especial por el atentado sufrido contra la revista en septiembre de 1977.
El fuego efímero
Durante la década de los setenta tuvieron lugar en España profundos y rápidos cambios sociales, políticos, económicos y culturales: primero en la etapa final del régimen de Franc; después, en la transición a la democracia. Esto último fue un proceso complejo que la historiografía suele considerar finalizado en 1982, cuando el PSOE alcanzó el poder, tras siete años de gobierno de Adolfo Suárez, un partido formado mayoritariamente por los reformistas procedentes del franquismo. Durante este periodo, la sociedad española experimentó transformaciones en todos los ámbitos, y el de la cultura popular no fue una excepción.
La relajación de la censura —aunque no su eliminación total— permitió la llegada de discos, novelas y películas extranjeras, y la producción propia pudo también comenzar a cambiar sus maneras y modernizarse rápidamente. El cómic, por supuesto, no fue ajeno a esta coyuntura. Durante esa década experimentó una auténtica revolución, gracias a una efervescencia creativa y editorial sin precedentes. El que había sido considerado hasta entonces un medio intrínsecamente infantil y juvenil, comenzó a producir obras adultas de todo tipo. Este fenómeno, conocido como el boom del cómic adulto, llegaba con cierto retraso con respecto a los grandes focos de producción de la historieta occidental; no resulta extraño, ya que lo mismo había sucedido en muchos otros ámbitos de la cultura.
Sin embargo, en muy poco tiempo, la mayoría de las grandes obras que desde los años sesenta estaban demostrando que el cómic podía producir obras para un público más maduro —aunque, en muchos casos, esa «madurez» pasara por recurrir al erotismo y a la violencia—, tanto en Europa como en Estados Unidos, llegaron a España como un torrente que reventaba la debilitada presa de un régimen agónico y anacrónico. Y el mercado español se adaptó a todo ello, a veces con precipitación y no poco oportunismo comercial, pero, en muchas ocasiones, apoyado en el talento de al menos dos generaciones de artistas que, por fin, podrían publicar su trabajo destinado a un público adulto directamente en España.
Se trata, por tanto, de una etapa del cómic español fundamental pero también compleja, porque en muy poco tiempo se entremezclaron una gran diversidad de propuestas y proyectos, así como varias corrientes estilísticas diferentes, en muchos casos enfrentadas por la hegemonía en el mercado. Es también el momento de la toma de conciencia del cómic como medio artístico, quizá de un modo aún embrionario e incompleto, pero con pasos decisivos en la dirección correcta, como la aparición de las primeras publicaciones teóricas.
Desde finales de los setenta hasta principios de los noventa una explosión de papel y tinta renovó por completo el panorama del cómic español. Sin embargo, aquel fuego resultó tan intenso como efímero. Las revistas desaparecían casi al mismo ritmo con el que aparecían, y el mercado nunca logró una mínima estabilidad que permitiera sentar las bases de una industria sólida y duradera. Fue, para algunos, un espejismo. Para otros, una oportunidad perdida. Pero, quizás por su propia fugacidad, el impacto que dejó en los lectores fue muy fuerte. Este boom del cómic adulto es hoy uno de los periodos que más recuerdan aficionados y críticos, pero lo hacen, a menudo, desde posiciones nostálgicas o mistificadoras. Es algo inevitable, comprensible y, hasta cierto punto, importante para entender su valor y su papel en el desarrollo del medio. Pero también son necesarias aproximaciones rigurosas que apliquen todas las herramientas de análisis que el estudio del cómic ha ido acumulando desde entonces.
Del boom al crack
Del boom al crack: La explosión del cómic adulto en España (1977-1995) es el título que hemos escogido para este libro. Su primera frase la hemos tomado del título del artículo de Pepo Pérez, quien se refiere con ella a la aparición y desaparición de las revistas de ficción de género; sin embargo, pensamos que bien puede aplicarse al conjunto del modelo editorial y de la incipiente industria que se desarrolló durante los años setenta y ochenta, y que desapareció prácticamente por completo con el cambio de decenio, a excepción de El Víbora y El Jueves.
En la cronología que establecemos en el propio título tomamos de referencia la aparición en 1977 de Totem, la revista publicada por Nueva Frontera, y el cierre de Cimoc de Norma Editorial en 1995. No obstante, conscientes de que toda cronología es discutible, atendemos igualmente a los antecedentes del boom y sus consecuencias una vez se hubo extinguido su impulso. Los diez autores que se reúnen en esta antología que he tenido el privilegio de coordinar pertenecen a generaciones diferentes. Algunas firmas han vivido en primera persona el ascenso y la caída del boom del cómic adulto. Varias llegaron a conocer su ocaso, mientras que, para otras, es una parte del pasado que no llegaron a conocer como lectores. Pero tienen en común que han vuelto a ese momento a través de la relectura de aquellos cómics, con una mirada actual, que busca estudiar esta época sin mitificaciones innecesarias. Del boom al crack: La explosión del cómic adulto en España (1977-1995) no tiene afán completista ni pretende abarcar la totalidad de autores y publicaciones, sino que busca, más bien, ofrecer miradas desprejuiciadas, análisis abiertos e innovadores, desde disciplinas y métodos distintos que permitan una visión múltiple de un fenómeno clave en la historia del cómic español. Los once textos reunidos en estas páginas son fruto del estudio, la reflexión y la exhaustiva documentación por parte de quienes los firman.
El escritor y experto en cultura pop Daniel Ausente comenzará con «El Paso de la Frontera. Del encargo de agencia a la conciencia autoral», en el que explica el tránsito desde el cómic infantil y juvenil al primer cómic adulto, un camino en el que la agencia Selecciones Ilustradas, creada por Josep Toutain, jugó un papel clave que el autor analiza, así como las trayectorias iniciales de muchos de sus autores.
Seguidamente, el artista y especialista en cómic Jordi Riera centra su mirada en Enric Sió, uno de los primeros dibujantes con conciencia artística. En «Enric Sió: un intelectual en el mundo del cómic», Riera repasa la trayectoria de este artista, gracias a una profunda investigación sobre su figura y a varias entrevistas con quienes lo conocieron personalmente.
En «¿Solo para adultos? Del boom al crack. La ficción de género en las revistas españolas de cómic de los ochenta», el dibujante y teórico Pepo Pérez revisa en clave crítica el universo de terror, ciencia ficción y fantasía que pobló los quioscos a través de las revistas publicadas por Nueva Frontera, Toutain o Norma Editorial, en las que el material de autores españoles se mezclaba con el de norteamericanos y franceses.
De la corriente del cómic underground se ocupa la historiadora del arte Roser Messa. En «Underground: Cuando lo marginal se transforma en oficial» recorre la senda que une los inicios en publicaciones clandestinas de toda una generación de artistas hasta su formalización en revistas como El Víbora, mediante una minuciosa investigación que le permite sumergirse en aquella época.
«Devuélveme mi Víbora y quédate con todo lo demás. Una conversación con el superviviente Emilio Bernárdez» es el título que el escritor y crítico Rubén Lardín ha escogido para su entrevista con el actual editor de La Cúpula. Ha formado parte de esta desde hace más de treinta y cinco años, lo que lo convierte en un testigo privilegiado de aquella época.
Otro escritor y crítico, Roberto Bartual, se encarga de analizar la importancia capital del dibujante Carlos Giménez en «Carlos Giménez o la subjetividad de la memoria histórica», un ensayo en el que analiza algunas de sus obras y las relaciona con la recuperación de la memoria de las últimas décadas.
«De Cairo a Madriz: 3.000 kilómetros sin salir del quiosco» es la aproximación del crítico Álvaro Pons a la vertiente más experimental e innovadora del boom, centrada en las dos revistas que aparecen en su título, pero que abarca también todas las iniciativas que dieron cabida a las propuestas menos comerciales en el cómic de los ochenta.
Miguelanxo Prado es otro de los nombres clave del boom del cómic, además de uno de los que alcanzó mayor éxito internacional y continúa trabajando en la actualidad. El especialista Octavio Beares ha conversado con él para desgranar su experiencia en el mundo editorial de los años ochenta y noventa, además de su particular visión del medio.
La dibujante e investigadora Marika Vila firma «Las autoras españolas en el boom del cómic adulto. La mordaza patriarcal y el silencio roto», un ensayo en el que analiza el papel jugado por las autoras en este periodo, y sus trayectorias posteriores. La visión en primera persona de Marika, que participó en muchas de las principales revistas, resulta privilegiada.
Rafa Martínez, fundador de Norma Editorial, es otro privilegiado testigo de la época, al que ha entrevistado Daniel Ausente. A través de su conversación, se descubren algunas de las claves de los primeros años de una de las editoriales de cómic más importantes de España, pero también de los últimos momentos del boom.
«Lienzos, series de animación y animatronics. Los autores ante la desaparición de la revista como formato», del investigador Julio Andrés Gracia Lana, analiza, finalmente, el ocaso del boom del cómic adulto. El autor, gracias a sus entrevistas con muchos de los editores y dibujantes de entonces, puede trazar el mapa de los caminos que siguieron todos ellos en los noventa.
Creemos que este volumen resultará interesante tanto para aquellas personas que quieran revisar sus recuerdos de la época como para las que no la vivieran y deseen conocerla mejor. Antes de dar paso a los textos, queremos terminar agradeciendo su trabajo y esfuerzo a sus artífices, sin los cuales este libro no habría sido posible.
Gerardo Vilches es licenciado en Historia y realiza su tesis doctoral sobre revistas satíricas de la transición. Escribe sobre cómics en su blog, The Watcher and the Tower, desde 2007. Colabora en Rockdelux, y ha publicado textos en la revista Quimera, en la antología de ensayos Radiografías de una explosión y en Panorama: la novela gráfica española hoy. También es autor de Anatomía de un oficinista japonés (Bang, 2012) y de Breve historia del cómic (Nowtilus, 2014). Ha participado en varios congresos, moderado mesas redondas y presentado novedades para diversas editoriales. Codirige CuCo, Cuadernos de cómic. En Entrecomics fue editor y publicó reseñas y artículos desde 2011 hasta 2016.