La aventura es uno de los sentidos vertebrantes de la historieta argentina. Por un lado, la “aventura con ribetes humanísticos” de Héctor Germán Oesterheld, en donde los hombres buenos se ven arrastrados a situaciones violentas y absurdas. Por otro, la aventura en clave Robin Wood, más rocambolesca, con protagonistas de fortuna cambiante. El género, además, está identificado con una tradición gráfica muy argentina, la del dibujo impactante en blanco y negro, el que hacían Francisco Solano López, Alberto Breccia, José Luis Salinas, Hugo Pratt. Ese último nombre, sin embargo, nos remite a la paradoja de la historieta de aventuras argentina: nos envía al afuera, a un italiano que viene a ganarse el pan a nuestro país dibujando; a personajes como un cronista de guerra norteamericano, un inmortal, un sumerio, una mujer con poderes vampíricos que vive en una ciudad inexistente. Por supuesto, ahí también está Patoruzú, pero, como dice Oscar Steimberg, Patoruzú es una entelequia: un indio-gaucho-terrateniente, grupo social inexistente. La aventura argentina, más que una identificación con lo autóctono parece definida por un mecanismo narrativo (¡salgamos al mundo a buscar lo inesperado!) y un tipo de dibujo.
¿Por qué esta obsesión con el género? Quizás porque Argentina es un país en donde lo cotidiano está a menudo teñido de lo inesperado. Quizás porque es un país que se fundó luchando: contra la naturaleza, contra la extensión. Quizás por la energía psíquica de generaciones y generaciones de inmigrantes que vinieron a buscar una vida mejor a un país abierto por donde cruzan los personajes más estrafalarios. Quizás porque el argentino tiende a sentirse excepcional, y la aventura es el género de lo excepcional.
En esta muestra elegimos pensarla como algo diverso, con una selección de artistas con estilos bien diferentes. Sus trazos son suaves, coloridos, ultradeformers, crudos, redondos y caricaturescos, expresionistas y vibrantes. Y cuentan narrativas de todo tipo: la odisea de conseguir un trabajo en el conurbano bonaerense, la búsqueda de la mejor pizza de la ciudad de Buenos Aires, la visita a un familiar que espanta, la venganza contra los traficantes de mujeres, la defensa del Antiguo Egipto, la persecución de un comic maldito, la supervivencia en la montaña frente a la naturaleza. Hay odiseas increíbles, pero también las anécdotas que forman nuestros combates cotidianos.
Es nuestra esperanza que esta muestra invite a contemplar la aventura caleidoscópicamente, nos reúna alrededor del fuego proverbial a leer historietas y, como niños, asombrarnos ante los sucesos extraordinarios que allí se despliegan.
Este es el texto curatorial que escribí para la muestra Sucesos Extraordinarios, que inaugura este jueves 10 de octubre en el Museo del Humor (MuHu), situado en la Avenida de los Italianos 851. Participan: Antolín Olgiatti, Ariel López V., Camila Torre Notari, Constanza Oroza, Daniela Kantor, Domingo Mandrafina, Frank Vega, Ignacio Minaverry, Paula Andrade, Pedro Mancini, Sofía Tormenta y Paula Boffo aka Sukermercado. En la inauguración, además, habrá una actividad homenaje a Blanca Cotta: tortas hechas con sus recetas y tarjetas con la preparación paso a paso con sus dibujos. Ah, y gin tonic. Venid!
(Foto de portada: Constanza Oroza, Sejmet.)