Continúa la entrevista a Ariel López V. En esta segunda (y final) entrega nos metemos con su producción más reciente. Partiendo de su experiencia en La Maison des Auteurs de Angoulême, nos comenta sobre la romantización de ciertos espacios e industrias, sobre el proceso de producción de su libro Futuro Total, sobre su experiencia como editor en la Fierro, sobre sus publicaciones en Fantagraphics, sobre su relación con la cultura punk y clase B de los ochentas, y nos cuenta su sistema secreto para medir a través de la escucha de discos cuanto le toma hacer cada página. ¡Disfruten!
LDP: Queríamos preguntarte cómo se dio la posibilidad de viajar a Angouleme para participar de su residencia autoral, si ya conocías La Maison des Auteurs. ¿Cómo fue estar ahí?
ALV: No conocía la maison y sus residencias, el medio de la historieta francesa o internacional me parecía inalcanzable. Cuando me enteré de que gané la beca para viajar y hacer la residencia, no lo podía creer. Empecé a interiorizarme más y toda la info que me llegaba era como el paraíso. El Festival, el mercado francés… me dio bastante vértigo todo eso. Estuve tres meses en la maison trabajando en Continente, mi próximo libro. Me apoyaron mucho ahí, fue una gran experiencia, fue la primera vez que pude dedicarle meses enteros a hacer historieta. Al estar ahí fuera de la fecha del Festival, viví un poco el lado B, más terrenal de Angouleme, que es parecido al nuestro, muchos autores peleándola, poca plata, los más arriesgados son geniales pero presentan sus fanzines o libros en pequeñas reuniones, no es todo color de rosas.
LDP: Es súper válida la experiencia real, porque no está bueno idealizar tampoco Angoulême.
ALV: Es que no tiene sentido idealizar nada… estar ahí me permitió conocer un mundo que desconocía. De todas formas no fui con la cabeza puesta en insertarme en el mercado francés y hacer la carrera de historietista profesional, mi experiencia fue más bien una cuestión artística. Desde que empecé a laburar en animación, mi cabeza se fragmentó en dos partes: una más comercial, que tiene que ver con la animación, porque vivo de eso. Pero la parte más gráfica, de ilustración, historieta, siempre la encaré de manera desinteresada, sin buscar una “carrera” o dibujar por conveniencia. Si encaro algo, tiene que obedecer mis propios intereses. Hago lo que me gusta y lo que puedo. Por eso nunca me interesé en entender la faceta comercial de la historieta o cómo puedo entrar en los mercados internacionales. No estaba -ni estoy- metido en la pata más comercial de ese asunto.
LDP: Respecto al proceso de construir una obra, esa presión que mencionaste y la diferencia entre trabajar por acumulación de tiras y el sentarse a crear una historieta desde cero ¿como fue el proceso de realizar Futuro Total?
ALV: Futuro Total lo pensé como una trilogía, tres historias independientes pero conectadas -pasado, presente, futuro- que podía publicar por separado, y que me daban la oportunidad de dibujar géneros y lugares que me apasionan: punks, cementerios, zombis, naves espaciales. Cuando hablé con los chicos de Hotel de las ideas para editar el libro, ya estaban las dos primeras partes publicadas (en Fierro), entonces me comprometí a producir la tercera historia más o menos rápido, exclusivamente para el libro. Yo más de 30 paginas por año, no puedo dibujar, por eso al tener gran parte del libro completo pude ver que podía cerrarlo relativamente pronto.
El tema de la presión de construir una obra desde cero como la que comencé en Angouleme, para mí, tiene que ver más con las posibilidades de producción que con otra cosa. Con la atención y dedicación que le puedas dar. Con el tiempo me corrí un poco del humor gráfico y empecé a contar historias más largas, con más desarrollo en la historia y los personajes, eso es interesante pero a la vez más complicado de producir -igualmente el tono de humor o comedia está presente… odio la historieta pretenciosa, y es importante para mí no caer en esos tics a la hora de querer tocar algún tema más o menos trascendente.
SSK: En ese sentido, ¿sentís que cierto marco de ciencia ficción o de terror, ligado al cine de clase B, te da un contexto donde vos podes descansar un poco a la hora de contar historias un poco más largas? Se ve esta cuestión de referirse en Papa Pop al universo del cine y la ciencia ficción, y en Futuro Total tenés historias marcadamente de género y al mismo tiempo haces algo bastante personal con eso.
ALV: Me siento cómodo con los géneros, me permiten quitarle el tono pretencioso o pacato al contenido de una historia, tal vez me escudo un poco ahí, pero también es lo que elijo, en una peli prefiero a algún monstruo tóxico antes que a un tipo que te baja línea en una planta nuclear.
SSK: Lo bueno en tu caso es que no se siente como una lectura irónica de los géneros, se nota que lo haces de manera auténtica, sin burlarte.
ALV: Es que me encantan y consumo esos géneros, el denominado cine clase B, aun sus películas malas me inspiran cuando encuentro pequeñas conquistas o grandes ideas en producciones que se nota que tienen mínimos recursos. Yo no me río por encontrarle el cierre de la careta al monstruo, me fascina que aún sabiendo que es una careta, me emocione y me transporte a otro lugar.
LDP: Respecto a la aparición de personajes Punks en Futuro Total, ¿cuánto hay de obsesión tuya por la cultura fanzinera punk entre la dictadura y la democracia, el under porteño de principios de los 80s?
ALV: ¡Hay mucho! La banda más importante de mi adolescencia fue sin dudas TTM en la época de Nena de Hiroshima, una locura total esa época de la banda. Pero la obsesión que mencionás supongo que está más relacionada a la sensación de extrañeza que me generaba toda esa escena en la infancia, Sumo, Violadores… sin dudas la moda de lo “punk” en la estética y música influyó bastante, era muy extraño, también podría sumar el dark o gótico como The Cure, Bauhaus o Fricción, Sobrecarga… además, en cada película de acción ¡los malos eran punks con crestas! En la primaria vi varias pelis en VHS que explotaban esa estética, como Atlantis Inferno, Demons o The Warriors. En argentina está el caso de Alguien te está mirando, donde actúa Stuka y Michel Peyronel, con música de Soda Stereo y Los Violadores, nuestra peli cyberpunk... La historieta de los punks en Futuro Total tiene un poco que ver con eso y con El Regreso de los Muertos Vivos, que vi en cine cuando tenía 10 años, me llevó mi viejo y me acuerdo de salir del cine y decirle que me había encantado, pero él con la mirada me bajó de un hondazo y me quedé en silencio por dos cuadras, pensando “capaz que no estaba tan buena”. Hace poco la volví a ver porque estaba por hacer la historieta y quería rescatar la sensación de la peli y, lo lamento, el niño tenía razón.
LDP: ¿Entendés la historieta y la animación como espacios creativos diferentes? ¿Transportás algo de tu metodología de trabajo como animador a tu labor como historietista o viceversa?
ALV: Si lo hago, no es de manera consciente, sino por consecuencia de trabajar constantemente en ambos medios. Algo que me pasa mucho es que no puedo hacer una secuencia en historieta que tenga saltos de eje o “errores cinematográficos”, que veo que suele pasar mucho en historieta y no está necesariamente mal. Tal vez la dinámica narrativa también la transporto a la historieta. Y en las producciones animadas soy muy obsesivo con cada puesta, cada fondo o layout tiene que estar diseñado y preciso, verse como un cuadro fijo, pese a que muchas veces no necesitás que tengan tanta precisión como en la historieta o ilustración.
SSK: ¿Cómo fue tu experiencia en la Revista Fierro? Me interesa ver cómo pensaste o pensaron el proyecto del relanzamiento, dándole un giro a lo que venía siendo y dando espacio a nuevos autores en la publicación.
ALV: Me convocaron para darle una vuelta, hacer un corte con la etapa anterior y renovarla, entonces trabajé como co-editor y director de arte. Fue el primer año de la tercera etapa, fueron cuatro números de los que estoy muy contento con el resultado, y también tuvo muy buena recepción ese cambio. Hubo cosas muy buenas como incorporar autores que venían haciendo cosas interesantes pero que no habían aparecido antes en la revista, se sumaron autores nuevos que en otros momentos hubiesen entrado en un apartado juvenil, ilustradores, y mucha más presencia femenina. Además trabajé mucho para que el diseño y la edición equilibrara la variedad de estilos, pensando en la lectura y el recorrido visual de la revista… La idea era que fuese como un libro. Imagino que muchos dibujantes soñamos con tener nuestra propia editorial o revista, yo pude jugar un rato a eso en la mismísima Fierro, pero la verdad es que no me dejó mucho más que la anécdota.
LDP: Luego de sacarte la curiosidad de saber qué era estar en el asiento de editor, ¿te dejo un interés en ser diseñador-editor de una publicación nuevamente?
ALV: Me gusta ese trabajo, lo había hecho anteriormente en libros de antología y en mis propios libros, pero hacerlo bien demanda mucho trabajo… prefiero ocupar mi tiempo “extra laboral” en dibujar. Igualmente si viene alguien con una idea copada como para volar un poco seguro que me engancharía, sobre todo porque uno cree en sus convicciones y sus caprichos visuales y narrativos y en ese rol se los puede poner en juego, potenciarlos y ver cómo los recibe la gente. Me gusta el rol de editor que propone y tira ideas, suma al laburo del autor en función de un objetivo o una obra, sobre todo en una colectiva, como en el caso de una antología.
SSK: Respecto a tu labor en tus propias publicaciones, me interesa saber cómo es tu proceso a la hora de trabajar tus páginas. Más allá de que siempre hay una cuestión de entretenimiento de fondo, se ve mucho laburo en las puestas de página, en mantenerlas diferentes y no caer en una grilla repetida.
ALV: Es algo a lo que le pongo mucha atención. En “Un triángulo perfecto”, que se publicó en Distinta y en Fantagraphics, traté de trabajarlo en todas las páginas, pero cuando la producción te demanda velocidad, lo más fácil es la grilla fija.
Hoy por hoy, el “comic” circula mayormente en redes sociales, donde no es posible el diseño de página, sino más bien el formato “tira”. Por eso creo que hoy más que nunca es necesario trabajar el diseño de página para darle un valor agregado o diferencial a la lectura de historieta en papel, para justificar su existencia, te diría, y tener la experiencia que no se puede tener leyendo un comic en Instagram, por ejemplo.
La verdad, no tengo una fórmula para el proceso. Hay tantas variables… supongo que si me sentara a pensar el proceso de lo que hago podría descifrarlo mejor, pero a priori te diría que es super intuitivo: tiene que ver con la emoción del momento que se está contando, con la interacción de los personajes y las posibilidades que eso te deja para inventar algo en la página que sea por un lado interesante y por el otro coherente con el relato, con la emoción y la dinámica de lo que se cuenta.
LDP: En la historieta “Un triángulo perfecto”, se siente que la estructura misma en las páginas tiene mucha relevancia en la acción del relato, es casi un personaje más. ¿Cómo introducís la relevancia de la estructura en la historia? ¿Es algo que pensás antes de escribir el guión o se va dando en paralelo durante el bocetado de cada secuencia del guión?
ALV: En esa historieta se nota más porque el tema me dio claves que podía aplicar al diseño de página, usando el diseño como parte del concepto. Eso me pasó con algunas otras que hice para Fierro. Pero a veces el diseño es sólo una cuestión de ritmos. Yo siempre termino el guión primero, el guión te va marcando cómo se cuenta cada página y cuál es el ritmo, así que el diseño lo trabajo en función de eso. Hago bocetos de las páginas y después los reviso para darles una unidad a toda la historia. Por ejemplo en Continente, la novela gráfica en la que estoy trabajando ahora, al ser una historia larga, no puedo estar flasheando constantemente con formas extrañas de página, hay momentos donde hay que descansar o donde la narración te pide pausa o algo de monotonía.
LDP: “Un Triángulo Perfecto”, luego de hacerla para Distinta, fue publicada en la antología Now de Fantagraphics. ¿Recibiste un feedback de ellos?
ALV: Yo conocí a Gary Groth en su visita a Comicópolis. Él eligió mi carpeta y con un inglés muy básico traté de contarle sobre mi laburo. En ese momento no estaban publicando antologías y yo no tenía una obra larga para mostrarle. Cuando me entero de la antología Now, les mandé esa historieta traducida y enseguida me comentaron que les gustó, me dieron muy buenos comentarios y no me pidieron ningún ajuste. Cuando me confirmaron que se publicaba fue una emoción total. Después leí en varios foros que destacaban a la historieta como de lo mejor del número, estuvo bueno.
SSK: También es cierto que cuando tengas un título nuevo, se te abre la posibilidad de salir a la búsqueda de alguien interesado en publicarlo, tanto acá como afuera.
ALV: Siempre confié más en eso que en los contactos, ya que nunca tuve -ni tengo- demasiados contactos. Confío en que si mi trabajo está bien y la época acompaña, las cosas van a salir bien… Esta cosa de “insertarse en el mercado” no es algo que me preocupe mucho como autor. Ahora estoy tratando de avanzar como puedo en lo nuevo, dentro de mi limitada capacidad de producción. No dispongo del tiempo para este tipo de proyectos, mientras hay autores que pueden terminar un libro de 200 páginas en un año, hay otros que podemos hacer 20. El valor del tiempo es super importante en el proceso.
LDP: Me parece interesante respecto a este valor del tiempo en la producción que vos tengas muy presente cuantas páginas podés producir en un tiempo determinado. ¿Es algo que surgió últimamente? ¿Siempre fuiste consciente del empleo del tiempo que hacías para producir?
ALV: Esa noción vino con el desafío de hacer historias más largas, porque una cosa es hacer chistes o una página por mes para una publicación y otra es decir “voy a tener 20 páginas para tal fecha”. Si vos no sabes cuánto tardás en terminar una página, podés pifiarle a esos compromisos. En ese período de encarar historias más largas, traté de cuantificar el trabajo para saber si era posible de realizar, ¡y saber cuando estresarme y cuando no!
Es algo que vas aprendiendo, a veces decís “esto en media hora lo saco” y pasan cuatro discos completos y vos recién ahí terminás… entonces algo raro pasó… claramente no entran cuatro discos en media hora! (risas). Esto me llevó a estar más atento y analizar cuánto tiempo me llevaba cada etapa.
LDP: Para finalizar, nos gustaría saber en qué proyectos estás ocupando tu tiempo y como estás sobrellevando los tiempos pandémicos. Hemos visto que estas subiendo tiras que piensan la vida en plena cuarentena, ¿hay planes en el campo de la animación con el estudio o en proyectos personales de historieta?
ALV: A principio de año empecé una nueva serie con historias cortas, “paranormales”, con algún tinte cómico, pero centrándome en la idea de que sean situaciones extrañas, y la verdad es que en medio de eso apareció una pandemia, un aislamiento, miles de muertos, trajes anti bacteriológicos, invasión de carpinchos… y todas las ideas que tenía anotadas me parecían menos extrañas que esta realidad, así que salieron algunas páginas con todo esto. Algo de ese material se publicó recientemente en el relanzamiento especial de El Víbora, algo que no me esperaba y que me emocionó mucho. Ya mencioné en esta nota, hace un tiempo, lo importante que fue para mi la revista.
Respecto a la animación, mi serie El Rey de los Mundos fue elegida para participar en el festival Annecy, otra cosa increíble que acaba de pasarme con Caramba Estudio, lamentablemente no podré estar ahí pero espero poder ir más adelante con este o algún otro proyecto, ya que tengo varios golpeando para salir.
Lucas De Paoli es un Estudiante errante de Artes combinadas en la UBA y un aficionado a la ensayística y el pensamiento crítico obsesivo sobre diversos medios artísticos. Ha colaborado para algunos blogs itinerantes sobre música, cine e historietas. En 2018 fundó la editorial Clan de Fomento, donde ejerce como editor. No se siente cómodo escribiendo bios.