Durante las próximas semanas estaremos ofreciendo una encuesta consistente en diez preguntas respondidas por diferentes libreros cuyas tiendas están especializadas en historieta. La idea es poder tener el testimonio de un actor clave como son las casas de venta de cómics, verdadero lugar social del medio y que progresivamente han ido ampliando sus alcances y estrategias (desde la organización de eventos, muestras, charlas, recitales a ediciones propias). Hoy contesta Alejandro Bidegaray, de Musaraña Libros en Florida, provincia de Buenos Aires.
1) ¿Hace cuánto que estás en el negocio de la venta de historietas?
Hace cinco años.
2) ¿Cuáles han sido, según tu experiencia, los cambios en el circuito y distribución de la venta de historietas desde que comenzaste hasta hoy?
Creo que los cambios han sido de crecimiento, de mayor diversidad, de nuevas editoriales que fueron naciendo, y de un tremendo y emergente magma de fanzineros, autoeditados y afines. El circuito también creo que ha crecido, con mayor cantidad de festivales y encuentros de venta directa de historietas, del autor al lector, del editor al lector. También creo que a partir del auge de la literatura ilustrada la historieta se ha ido abriendo un camino importante en las librerías tradicionales, saliendo del exclusivo círculo de las comiquerías, y esta tendencia supongo que no hará sino crecer.
3) ¿Ha cambiado el público o se mantiene? ¿En qué maneras ha cambiado, de haberlo hecho?
Es difícil para mí evaluarlo, pero creo que sí ha aumentado. Hay muchxs pibxs muy jóvenes que están muy entusiasmados con el género, y me parece que en las décadas inmediatamente anteriores no era tan así, estaba un poquito más guetizado. Pero tampoco estoy seguro de esto. Ha crecido mucho la oferta, de ahí supongo que hay más público.
4) ¿Cómo ves el mercado de la historieta en Argentina?
En extremadamente lento pero en franco crecimiento.
5) ¿Qué evaluación podés hacer de este último año teniendo en cuenta el contexto de recesión económica y desempleo? ¿Fue mejor, peor o igual que los años anteriores?
Creo que es notoria e indudable la merma de guita para ocio en los bolsillos. Pero creo que se ha surfeado razonablemente en base a los encuentros y festivales que ya vienen laburando desde años anteriores y que traen mucho alivio a los pequeños y medianos proyectos editoriales. Sin Comicópolis (de considerable fuente de ingresos para el medio en los dos años anteriores), aunque con el empuje de Viñetas Sueltas, Dibujados, y otros, ha sido un año de estancamiento. En cuánto a la venta en locales, creo que funciona directamente ligada a la clientela, y en nuestro caso al menos la clientela nos hizo bastante el aguante. Pero sí, fue un año en el que hubo que reinventarse y moverse mucho para que no te coman los bichos o te gane la desesperación.
6) ¿Ha cambiado tu lectura en estos años al entrar en contacto con autores y series muy diversos?
Claro, sí. Mis lecturas se han expandido, ramificado. Creo que este es un palo muy generoso en compartir el conocimiento y las influencias, y uno nunca deja de conocer y fascinarse con más y nuevos autores. También he ido haciendo nuevos amigos, muchos de ellxs historietistas con avidez de marcarme nuevas o viejas glorias de la historieta universal. Diego Parés sin ir más lejos siempre me está mostrando gente de acá y de afuera que debo conocer y disfrutar y, en varios de los casos, editar.
7) ¿Que estrategias sociales más allá de la venta de libros (muestras, presentaciones, otro tipo de eventos) empleaste en este último tiempo y cual crees que funciona mejor?
Todas las que nos da el tiempo, la energía y la cabeza. Muestras, presentaciones y organización de eventos. La Musaraña funciona también como productora de ferias, estuvimos trabajando los contenidos del Festival Fanzín para el CCRRojas y ahora el Festival Sudestada en el CCRecoleta. Todos los eventos que diversifican el público, generan contenidos frescos y convocan, suelen funcionar a nivel comercial.
8) ¿Tuviste/te interesó incorporar otros productos además de los libros y revistas de historieta para la venta? ¿Cuáles?
Desde el vamos en nuestra librería ofrecemos lo que nos interesa y nos gusta en todo el arco de la literatura, ilustrada y no ilustrada. También vendemos vinilos, CDs, obras originales, reproducciones y cada vez más cosos y cositos inclasificables. Pero fundamentalmente, libros.
9) En ese sentido, ¿crees que hoy en día una librería de historieta puede ser mucho más que solo una librería?
Una vez un cliente me dijo: ¿viste que en las confiterías ya no venden confites? Bueno, en las librerías va a pasar lo mismo. Fuera de broma la verdad es que no creo que pase eso, pero sí creo que el cliente espera cada vez más toda una experiencia al ir a una librería. No sólo el despacho de libros sino también la selección y exhibición cuidada, la música, la conversación, y hasta un cafecito. Ir a una librería (no sé en el caso de las cadenas) se está convirtiendo cada vez más en un gesto de resistencia cultural, de buscar el contacto con la información de manera física y humana. Y creo que mucha gente está necesitando cada vez más ese calorcito, como paliativo ante la frialdad enajenante del mundo virtual. O tal vez tengamos los días contados, quién puede saberlo.
10) ¿Editás? ¿Tenés ganas de hacerlo eventualmente?
Sí, y es lo que más me gusta hacer en el universo. Aunque me resulta jodido no ser un entusiasta irresponsable.
Musaraña Libros abrió sus puertas en el año 2012 en Florida, provincia de Buenos Aires, en la calle General José María Paz 1530. Se especializa en literatura independiente, libros alternativos, historieta, cómic, novela gráfica, infantiles, poesía, cine, música, discos en vinilo. A partir de 2013 fundó su propio sello editorial Musaraña Editora. Entre los títulos publicados se encuentran Todo va a estar bien de Powerpaola, Vapor de Max, 500 Dibujos de Diego Parés y Agapito de Pablo Fayó.