Una mezcla explosiva en Bungō Stray Dogs de Kafka Asagiri y Sango Harukawa
Por Diego Hernán Rosain
Cuando un manga o un anime tocan temas tan autóctonos como la mitología –en el caso de Noragami–, la historia –en el caso de Rurouni Kenshin– o incluso el sentido del humor de la comunidad japonesa actual –en el caso de Crayon Shin-Chan–, las editoriales y emisoras corren el riesgo de que solo triunfen dentro del ámbito nipón, ya que a los consumidores de otras partes del mundo que no están sumergidos en tales cuestiones les resultan absolutamente ajenas y desconocidas. Esto no implica que existan series con un alto grado de contenido oriental que no hayan contado con el visto bueno del público occidental en general (Rosain y Sayar, 2018: 328-331).[1] Hay algo en los motivos provenientes de la Tierra del Sol Naciente que continúa indefectiblemente convocando a la audiencia del resto del mundo, ya sea por su condición exótica para el extranjero, ya sea por su particular devenir y desarrollo. Japón no deja de sorprendernos y en sus asombrosas combinatorias culturales nos ofrece productos de lo más estrambóticos, variopintos y quiméricos. Este es el caso de Bungō Stray Dogs, escrito por Kafka Asagiri e ilustrado por Sango Harukawa.
El manga comenzó a publicarse en la revista Young Ace de la editorial Kadokawa Shōten desde el año 2012 y hasta el momento cuenta con catorce tomos. En 2016, el estudio BONES –encargado de haber llevado a la pantalla chica historias como Soul Eater, Darker than Black, Fullmetal Alchemist y My Hero Academia– emitió dos temporadas de doce episodios cada una. Un OVA salió en agosto de 2017 y en marzo del corriente fue emitida en los cines nipones la película Bungō Stray Dogs: Dead Apple. Esta historia de fama relativamente nueva presenta una serie de características que, combinadas del modo en que lo hacen, crean un argumento más que llamativo y hasta adictivo.
La trama gira en torno a Atsushi Nakajima, un joven huérfano que, tras haber sido echado de la residencia en la que se hallaba, decide llevar una vida delictiva para poder sobrevivir en las calles de la ciudad de Yokohama, en la región de Kantō. Al sentirse atrapado entre la espada y la pared conoce a Osamu Dazai, un hombre que se encuentra flotando boca abajo en un río. Tras rescatarlo de otro intento fallido de suicidio, Dazai, junto con su compañero Doppo Kunikida, revelan a Nakajima su objetivo: capturar a un tigre blanco que anda acechando por la zona. La situación se vuelve crítica cuando Nakajima descubre que él mismo es el tigre blanco –la “Bestia bajo la luna” (月下獣)–, en el que se convierte por las noches al no poder controlar sus poderes sobrenaturales. Finalmente, Dazai, gracias a su habilidad conocida como “Indigno de Ser Humano” (人間失格), neutraliza la de Nakajima y, tras una prueba de ingreso, deciden incorporarlo como miembro oficial de la Agencia Armada de Detectives, una institución habilitada por el gobierno nipón para utilizar sin supervisión estatal sus habilidades sobrehumanas.
Esta historia con rasgos shōnen[2], en apariencia tradicional y sencilla, cuenta con un plus que pasa desapercibido (al menos durante los primeros capítulos) a los ojos de los espectadores occidentales, a saber: todos los sujetos con poderes, sean estos protagonistas o antagonistas, están inspirados en escritores de renombre y sus habilidades especiales reciben el título o son una reformulación del de una o más de sus obras. Este juego en el cual el otaku[3]extranjero demora en caer es percibido inmediatamente por los espectadores japoneses. Estos guiños, que a simple vista parecen algo anecdótico, implican en verdad una profunda transformación y reutilización de ciertos datos biográficos y hasta bibliográficos de múltiples autores de los siglos XIX y XX. Por ejemplo, las tendencias suicidas de Dazai, que son tomadas aquí como un alivio cómico, están basadas en los verdaderos intentos que su contraparte real llevó a cabo en vida hasta por fin cometerlo con su amante el 13 de junio de 1948.[4] Lo mismo ocurre con otros personajes como Kenji Miyazawa, cuyo aspecto y personalidad aniñada están basados en el hecho de haber escrito cuentos infantiles, o Akiko Yosano, cuyo carácter duro y sádico estaría inspirado en el hecho de ser una de las primeras promotoras (y de las más polémicas) del feminismo en Japón.
[one_half]
[/one_half]
[one_half]
[/one_half]
De esta manera, vemos cómo escritores que no tenían relación directa entre sí y cuyas poéticas no establecían relación alguna entre ellas confluyen e interactúan abruptamente en este mundo de fantasía ambientado en el Japón actual.
Mientras que la Agencia Armada de Detectives es la encargada de mantener el orden y de realizar aquellas tareas que las personas sin habilidades extraordinarias no son capaces de llevar a cabo, la Port Mafia, un grupo del crimen organizado que opera desde los bajos fondos, procura controlar desde las sombras los negocios turbios que tienen lugar en la ciudad. Paradójicamente, estas transacciones no lo hacen desde la clandestinidad, sino que gracias a una sucia estrategia del pasado elucubrada por Mori Ōgai, el director de la Port Mafia, consiguieron años atrás un permiso legal de parte del gobierno para emplear sus poderes.
Este tipo de trampas, propias de las novelas de espionaje, están desperdigadas a lo largo de la trama en general e implican imbricados cambios de bandos, traiciones, dobles intenciones y hasta colaboraciones forzadas. Estas últimas ocurren por primera vez cuando Guild, una tercera fuerza de escritores sobrehumanos provenientes de Estados Unidos, llega a la ciudad de Yokohama con intenciones oscuras. La institución, liderada por Francis Scott Key Fitzgerald, cuenta además con escritores de la talla de Howard Phillips Lovecraft, Edgar Allan Poe, Mark Twain, Herman Melville y Margaret Mitchell, entre muchos otros. Estos nombres, más familiares al lector o espectador americano, demuestran dos cosas: primero, que hay una conciencia y un interés por el canon literario instituido en otras naciones; segundo, que las barreras entre producciones nacionales y extranjeras buscan borrarse en tanto frutos de una misma actividad creativa y artística.
La primera afirmación se ve reflejada en el interés que los mangaka han puesto en configurar a figuras del canon literario extranjero como en el caso de los miembros de Guild, los cuales responden más quizás a los títulos que han tenido cierto éxito o relevancia dentro del mercado nipón. Esto ocurre en la incorporación de autoras como Lucy Maud Montgomery, cuyo poder es “Ana del Abismo Rojo”, y Louisa May Alcott, cuyo poder es “Mujercitas”. Las obras de ambas fueron llevadas al anime en los años 1979 y 1988 respectivamente. Sin embargo, este mecanismo permite explorar e incorporar escritores de todo el globo y repensar su influencia dentro del sistema de lecturas japonés desde otra perspectiva.[5] Como afirma Roberto Sayar: “Será aquí donde la figura del lector tome importancia, ya que no solo estará encargado de decodificar estos signos sino de darles un lugar dentro del entramado Oriente-Occidente que deberían conformar” (2017a: 127).
El segundo aspecto se ve reflejado, por un lado, en el particular interés que muchos personajes tienen con respecto al oficio de escritor y las actividades relacionadas con la lectura y escritura en general: Kunikida lleva siempre consigo una agenda en donde anota todas sus tareas, obligaciones, ideales y aspiraciones, además de ser requerida y funcional a su habilidad “Poeta Solitario” (独歩吟客); Sakunosuke Oda, miembro fallecido de la Port Mafia, tenía como objetivo en la vida escribir el final de una novela perteneciente a otro autor y convertirse él mismo en un autor de renombre, pero su trabajo lo llevó a asesinar y ya no se sintió digno de tocar una pluma; Poe, en la ficción, se considera el rival intelectual de Ranpo Edogawa, el alter ego animado del afamado escritor de relatos policiales de Japón, y escribe novelas de misterio para poner en jaque el intelecto de su oponente, sin tener éxito hasta el momento. Todo lo anteriormente dicho sumado al hecho de algunas citas textuales colocadas en los diálogos que entablan los personajes, los oficios que algunos desempeñan con respecto a la escritura en segunda instancia y la obsesión que desarrollan en torno a la letra, hace de estos seres unos verdaderos apasionados textuales. Pero aún hay más.
Al ser tantos y tan variados los poderes, se ha demostrado la posibilidad de que existan algunos similares y otros idénticos. Por ejemplo, el poder “Rashōmon” (羅生門) de Ryūnosuke Akutagawa, miembro joven de la Port Mafia y ex subordinado de Dazai, es similar a “La Letra Escarlata” de Nathaniel Hawthorne, miembro de Guild. Sakunosuke Oda, cuya habilidad “Impecable” (天衣無縫) le permitía ver unos segundos en el futuro para luego modificarlo dentro de sus posibilidades, provoca los mismos efectos que “La Puerta Estrecha” de André Gide, el líder de la organización criminal europea Mimic, lo cual hizo que sus poderes se repelieran el uno al otro y se volvieran inútiles. De esta manera vemos cómo se tematiza, de un modo muy libre y ficcionalizado, los cruces, intercambios, choques y confluencias entre poéticas de autores disímiles traducidas aquí en batallas entre artistas de diferentes nacionalidades.
Bungō Stray Dogs es una obra que por momentos abusa del humor, pero que sabe equilibrarlo con escenas de acción inolvidables, personajes memorables, poderes alucinantes y un argumento en constante transformación y revisión. Los mangaka, como muchos otros de sus colegas que emplean el canon mundial como una fuente clave de inspiración, han leído detenida y detalladamente la situación de su propio campo cultural y han sabido incorporar la literatura universal de un modo tal que fuera provechosa a sus propios fines (Rosain: 2017). La traducción que realizan de los modos del arte en nuestro mundo a las relaciones internacionales que se desarrollan en el de ficción no es para nada maliciosa ni mucho menos. Hasta el más abnegado de los villanos es acreedor de fuertes y nobles convicciones para cometer las atrocidades que lo llevaron a ser quien es. Rezaremos para ver en esta obra maestra muchos de nuestros autores literarios favoritos y tendremos la esperanza de ver pronto a algún latinoamericano o, por qué no, a algún argentino.
Bibliografía
Asagari, Kafka y Harukawa, Sango, Bungō Stray Dogs. Tokio: Kadokawa Shōten.
Rosain, Diego Hernán (2017), “Clásicos de ayer y de hoy. El manga como reescritura del canon literario universal desde las problemáticas niponas actuales”, en Luthor, nº 34, vol. VIII, noviembre. En línea: http://www.revistaluthor.com.ar/spip.php?article175.
Rosain, Diego Hernán y Sayar, Roberto Jesús (2018), “De la ‘onda vital’ al ‘kamehameha’. Políticas de la traducción latinoamericana del anime japonés”. En Perduca, Florencia (comp.), Actas de las IV Jornadas Internacionales sobre formación e investigación en lenguas y traducción. Buenos Aires: Instituto de Enseñanza Superior en Lenguas Vivas Juan Ramón Fernández, pp. 328-331. En línea: https://ieslvf-caba.infd.edu.ar/sitio/upload/Actas_IV_Jornadas_Internacionales_2017_2.pdf.
Sayar, Roberto Jesús (2017a), “La reivindicación del modelo. O de cómo don Quijote acabó de convertirse en un rōnin”. En Donofrio, Julia; Gerber, Clea y Vitali, Noelia (eds.), Don Quijote en Azul 9: actas de las IX Jornadas Cervantinas celebradas en Azul, Argentina, en 2016. Tandil: Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, pp. 125-137.
Sayar, Roberto Jesús (2017b), “Testigos antiguos en épocas modernas. El martirio en Saint Seiya a la luz de IV Maccabeos”. En Sonna, V. e Ilarraga, R. (coords.), Filosofía y cultura popular: Cine, series, música y literatura desde las humanidades. Buenos Aires: EFFyL-UBA, pp. 177-195.
Torti Frugone, Yanina y Schandor, Ana María (2013), “El reino más grande del mundo: la existencia del fandom como fenómeno cultural”. En VII Jornadas de Jóvenes Investigadores. Buenos Aires: Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales-UBA.
[1] Justamente, tanto Rurouni Kenshin como Crayon Shin-chan fueron transmitidos en Latinoamérica por Cartoon Network de 2001 a 2002 y Fox Kids de 2002 a 2003 respectivamente, habiendo sufrido profundas transformaciones culturales para que los espectadores hispanohablantes pudieran asimilarlos y disfrutarlos.
[2] Se denomina shōnen (少年) a un género particular de manga y anime caracterizado por múltiples escenas de acción y la promoción de valores tales como el compañerismo, la solidaridad y la autosuperación. Los protagonistas son, en su mayoría, niños y adolescentes. Esto se debe a que el público al cual se dirige este género es el de jóvenes y adolescentes masculinos (Sayar 2017b: 177).
[3] Se denomina otaku (おたく / オタク) a aquellas personas con aficiones ligadas al mundo del manga y el anime. En su origen, recibió connotaciones negativas y peyorativas, pero con el tiempo los mismos sujetos se han apropiado de la palabra como un modo de identificarse y diferenciarse de aquellos que no lo son (Torti Frugone y Schandor, 2013: 8).
[4] Las causas de las tendencias suicidas de Osamu Dazai y su resolución final a la temprana edad de 39 años pueden rastrearse desde 1927, cuando su ídolo y maestro Ryūnosuke Akutagawa acaba con su propia vida a la edad de 35 años. Tras descuidar sus estudios, su primer intento de suicidio lo lleva a cabo antes de graduarse en la universidad.
[5] Otros dos de los escritores extranjeros que han aparecido hasta ahora en la versión en manga son, por ejemplo, el ruso Fiódor Mijáilovich Dostoyevski, cuya habilidad es “Crimen y Castigo”, y la inglesa Agatha Mary Clarissa Christie, cuyo poder es “Y No Quedó Ninguno”.
Diego Hernán Rosain (Argentina, 1991) es Licenciado y Profesor Normal y Superior en Letras por la Universidad de Buenos Aires (FFyL-UBA). Es adscripto a la cátedra de Teoría y Análisis Literario “C” a cargo de la Prof. Silvia Delfino con el proyecto titulado “Traicionar la tradición. Usos y funciones de las herencias y legados culturales en la producción crítica y literaria de Héctor Libertella” dirigido por la Prof. Guadalupe Maradei. Es miembro de la Red Iberoamericana de Investigadores en Anime y Manga (RIIAM). Es socio de la Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África – Sección Argentina (ALADAA Argentina). Sus temas de investigación son la literatura argentina del siglo XX, por un lado, y los cruces entre canon literario universal y manga, por el otro. Ha publicado artículos en revistas como Puesta en Escena, Exlibris, BADEBEC, Orbis Tertius, Luthor, Cuadernos de Cómic y Trazos. Actualmente está preparando su proyecto de doctorado sobre Héctor Libertella y la tradición. Dirección electrónica: dhernan_rosain@live.com.ar